La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció este lunes la suspensión "temporal" de los ensayos clínicos con hidroxicloroquina que realizaba en varios países, como medida de precaución.
Esta decisión se debe a la publicación de un estudio, el viernes, en la revista médica The Lancet que considera ineficaces y hasta contraproducentes la cloroquina y sus derivados como la hidroxicloroquina para luchar contra la COVID-19, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien precisó que la suspensión de los ensayos se realizó el sábado.
Las pruebas forman parte del ensayo internacional Solidaridad, dirigido por la OMS, cuyo objetivo es averiguar si los medicamentos existentes que se desarrollaron contra la malaria, el VIH, el ébola y la esclerosis múltiple podrían ayudar a tratar la enfermedad por coronavirus COVID-19.
Puntos destacados:
- Preocupación por el uso de este fármaco en pacientes con COVID-19
- No se ha demostrado que la hidroxicloroquina sea efectiva contra la COVID-19
- Brasil autorizó la semana pasada su uso para el tratamiento de casos leves y graves
La semana pasada, científicos estadounidenses y suizos informaron en la revista The Lancet que la hidroxicloroquina y el medicamento similar cloroquina podrían conducir a mayores tasas de mortalidad y palpitaciones cardíacas.
No se ha demostrado que los medicamentos sean efectivos contra COVID-19, escribieron.
Actualmente, "más de 400 hospitales en 35 países reclutan activamente pacientes y cerca de 3.500 pacientes han sido reclutados en 17 países", explicó la máxima autoridad de la OMS.
Pero según el amplio estudio publicado en The Lancet, realizado con cerca de 15.000 enfermos, ni la cloroquina, ni su derivado hidroxicloroquina, son eficaces contra COVID-19 en los enfermos hospitalizados y estas moléculas aumentan incluso el riesgo de muerte y de arritmia cardíaca.
Los ensayos quedarán suspendidos hasta que se "analicen" los "datos" recabados por los ensayos Solidaridad, precisó Tedros.
"Se trata de una medida temporal", dijo a la prensa la doctora Soumya Swaminathan, responsable del departamento científico de la OMS, antes de subrayar la "incertidumbre" que rodea el uso de la hidroxicloroquina.
La hidroxicloroquina es un derivado de la cloroquina y se utiliza desde hace décadas contra el paludismo y también se prescribe en enfermedades de origen autoinmune como el lupus y la artritis reumatoide.
A raíz de un pequeño estudio chino, poco detallado, que aseguraba la eficacia del fosfato de cloroquina en el tratamiento de los pacientes de SARS-CoV2 la cloroquina está en boca de todos, tanto que hasta el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confesó que la consume para prevenir la COVID-19 y el ministerio de Salud brasileño recomendó su uso en los pacientes infectados con síntomas leves.
El lunes, el jefe de la OMS recordó que estos medicamentos -hidroxicloroquina y cloroquina- "son generalmente reconocidos como seguros para los pacientes afectados por enfermedades autoinmunes o paludismo".
Si bien la OMS ha estado desaconsejando el uso de medicamentos contra la malaria contra el coronavirus mientras los ensayos aún estén en curso, el Ministerio de Salud de Brasil autorizó la semana pasada la hidroxocloroquina para el tratamiento de casos leves y graves de COVID-19.
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