La reina Isabel II visitó Australia 16 veces durante su largo reinado y en cada una de esas ocasiones fue abrazada y vitoreada por miles de admiradores.
La última visita de la jefa de la Commonwealth fue en 2011. Pero, ya fuera físicamente en suelo australiano o en Gran Bretaña, su presencia ha sido venerada durante mucho tiempo por muchos habitantes de Australia.
Crowds throng to greet Queen Elizabeth and Prince Philip after they arrived in Sydney on the royal yacht SS Gothic on February 3, 1954. Credit: Archivos estatales de NSW
El viaje se anticipó con entusiasmo, y se estima que el 75 por ciento de la población -de casi nueve millones de personas en aquel entonces- acudió a alguno de los eventos en los que participó la reina y a su esposo, el príncipe Felipe.
The Queen and Prince Philip wave to the crowd during their visit to Australia in 1954. Credit: Fox Photos/Getty Images
La adoración hacía la jefa de estado de Australia fue una constante, y poco cambió en sus quince visitas posteriores, lo que despertó un afecto renovado entre las nuevas generaciones.
The Queen takes a picture during a visit to the Lindsay Park horse stud in South Australia in 1977. Credit: PA/PA
Queen Elizabeth II smiles at Prince Philip during the closing ceremony of the 1982 Commonwealth Games in Brisbane. Credit: PA Images/PA Images via Getty Images
Pero cuando se le preguntó más tarde si se sintió insultado por el episodio, el entonces príncipe Carlos dijo: "No. Tampoco la Reina".
La reina Isabel saluda a una multitud en Hobart, Tasmania, en 1970. Source: Getty / Central Press
Su siguiente viaje fue cronometrado mucho después del referéndum de 1999, cuando se consultó sobre si Australia debía convertirse en república, en el cual ganó la opción del no. Dicho resultado fue atribuido en parte a la importancia de la reina Isabel II para muchos australianos.
Gough Whitlam on the steps of Parliament House in Canberra after his government's dismissal on November 11, 1975. Credit: SUPPLIED/PR IMAGE
El incidente más notorio ocurrió en 1975, cuando el primer ministro Gough Whitlam fue destituido de su cargo por el representante de la reina británica.
Una larga lucha legal para hacer públicas 220 cartas del Palacio, entre el entonces gobernador general Sir John Kerr y el secretario privado de la reina, prevaleció en 2020, lo que demuestra que la monarca no estaba al tanto de sus acciones ni las sancionó.
La reina Isabel con la entonces primera ministra Julia Gillard en la Cámara del Parlamento en Canberra en 2011. Credit: Pool/Getty Images
"En este, el hogar de la democracia australiana, usted es una parte constitucional vital, no un invitado. Al igual que en esta nación solo se le puede dar la bienvenida como un amigo querido y respetado", afirmó la entonces primera ministra.
La reina Isabel con el primer ministro australiano Scott Morrison en el castillo de Windsor en junio de 2021. Source: Getty / WPA Pool/Getty Images
El ex primer ministro Morrison estuvo en los titulares de la prensa durante una visita en junio de 2021, cuando le dijo a la reina Isabel II que había sido "bastante exitosa" en la anterior conferencia del G7 en Cornualles.
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Tras su muerte, el primer ministro australiano, Anthony Albanese, dijo: "Este tiempo de luto pasará. Pero el profundo respeto y la cálida consideración que los australianos siempre tuvieron a Su Majestad nunca se desvanecerán".