El primer ministro australiano, Scott Morrison, dijo que Australia debe comenzar a avanzar una vez que las tasas de vacunación COVID-19 alcancen el 70 por ciento en todo el país.
Durante su intervención desde Canberra, Morrison agregó además que los confinamientos serán insostenibles una vez que se logre una cobertura de vacunación generalizada, en otra clara advertencia a los gobiernos estatales que han insinuado que se alejarán de un acuerdo para poner fin a los confinamientos y reabrir Australia.
El primer ministro informó además que el Gabinete Nacional ha establecido umbrales de cobertura de vacunas del 70 y el 80 por ciento para reducir las posibilidades de confinamiento y avanzar hacia entornos más normales.
Puntos destacados:
- Cuando Australia alcance un tasa de vacunación COVID-19 del 70 por ciento los confinamientos deben terminar, Morrison.
- Los confinamientos actuales están cobrando "un precio extremadamente alto" en la salud física y mental de los australianos y en la economía.
- Australia Occidental y Queensland tienen objetivos distintos como condición para abrir sus fronteras.
De acuerdo con el primer ministro, los puntos de referencia del Gabinete Nacional están respaldados por una sólida investigación científica, médica y económica, y ha instado a los líderes estatales y territoriales a no "socavar" el plan nacional para relajar las restricciones.
"Debemos ajustar nuestra mentalidad. Los casos no será el problema una vez que superemos el 70 por ciento. Y viviremos con este virus como vivimos con otras enfermedades infecciosas. Si no es del 70 y 80 por ciento, ¿cuándo?", dijo a los periodistas en Canberra el lunes.
Además, agregó que los confinamientos actuales están cobrando "un precio extremadamente alto" en la salud física y mental de los australianos y en la economía.
Por lo tanto, de acuerdo con el primer ministro, el camino a seguir será continuar vacunando al ritmo actual, con el 52 por ciento de la población que ha recibido su primera dosis y alrededor del 30 por ciento completamente inoculada.
Scott Morrison pidió a los gobiernos estatales que dejen de contar los casos de COVID-19 y se centren en las tasas de vacunación, como la única manera de acabar con los confinamientos.
Además puntualizó que la atención se centraría en las cifras de hospitalización, en lugar de en los casos diarios cuando se alcancen los objetivos de inmunización.
Ese es nuestro objetivo: vivir con este virus, no vivir con miedo.
El consenso está resquebrajado con los estados de Australia Occidental, que no se aparta de su objetivo de cero casos, y Queensland, que advierte que no puede reabrir su frontera con Nueva Gales del Sur hasta una nueva evaluación.
Morrison dijo que las fuertes restricciones, que afectan a más de la mitad de la población de Australia en los estados de Victoria, Nueva Gales del Sur (NSW) y el Territorio Capital Australiano (ACT) no pueden durar para siempre.
Por su parte, el director de operaciones médicas, Paul Kelly, cree que la eliminación de todos los casos no se puede lograr a largo plazo.
El profesor Kelly señaló que incluso Nueva Zelanda, que persigue un objetivo de eliminación, estaba lidiando con un brote en Auckland.
Mientras tanto, el vice líder laborista, Richard Marles, instó al primer ministro a mostrar más liderazgo.
"Estamos teniendo este debate en este momento porque no tenemos el liderazgo del gobierno federal", dijo a Sky News.
"Scott Morrison ha desaparecido y está luchando para que todos los estados estén en la misma página".
Hasta ahora Australia ha vacunado completamente al 30 por ciento de su población de 16 años o más, mientras que el 52 por ciento ha recibido solo una dosis de la vacuna contra el COVID-19.