El líder laborista Anthony Albanese hará la presentación de sus políticas el viernes en Melbourne para detallar la muy esperada política climática del partido.
Los objetivos de reducción de emisiones y energía renovable del partido fueron criticados por el Primer Ministro Scott Morrison durante la campaña electoral del año pasado, y desde entonces, los laboristas han guardado silencio al respecto.
Pero hoy Albanese hablara de la política laborista para lograr una meta de cero emisiones para 2050, que según él, debería ser la política esperada de un país como Australia .
El líder afirma que Australia debería “ser una superpotencia en energía limpia, aprovechar el viento y el sol, generar un nuevo auge en la fabricación local y crear generaciones de empleos".
Agrega que el objetivo está en línea con las pruebas científicas sobre lo que se necesita para prevenir el calentamiento global de 2 grados y mantenerlo más cerca de un grado y medio.
Los laboristas también descartarán el apoyo financiero para nuevas centrales eléctricas operadas con carbón y utilizará los llamados ‘créditos de emisiones’ -carry over credits- ahorrados en los años anteriores para lograr objetivos actuales o futuros.
Pero el gobierno de Morrison planea utilizar dichos créditos, que pertenecen al acuerdo de Kioto, para lograr los objetivos del acuerdo de París, una política que Albanese considera “una trampa” en lugar de “una respuesta de un gobierno” ya que su partido ha prometido que “nunca usara créditos de transferencia de Kioto” en su política climática.
En este sentido, el experto del Programa de Clima y Energía del Instituto de Australia, Richie Merzian, se opone a la postura del gobierno sobre el tema después de la investigación realizada por el Instituto de Australia el año pasado donde se reveló que Australia era el tercer exportador mundial de combustibles fósiles de dióxido de carbono.
"Lo que realmente ayudaría es que el gobierno creara una política climática y energética, una estrategia que establezca cómo Australia hará la transición a estas tendencias globales", dijo.
Sin embargo, el primer ministro australiano, Scott Morrison, ha asegurado que Australia es solo un pequeño emisor de gases contaminantes y no es responsable del cambio climático.
El líder liberal ha defendido las exportaciones de combustibles fósiles como importantes para la economía australiana, pero varios expertos consideran que esa ya no es una razón que justifica su preservación.
El investigador y experto en energías renovables de la Universidad Monash, Alfonso Martínez Arranz, opina que si Australia continúa explotando sus centrales de carbón sin explorar las energías alternativas, el impacto será desastroso.
"Es obvio que si usamos nuestra central de carbón hasta el último pedazo de carbón que tenemos y si no atajamos otras fuentes de contaminación los objetivos de Australia de reducir sus emsiones serán imposibles de cumplir', dijo.
No obstante el gobierno ya ha prometido asignar 4 millones de dólares para realizar un estudio de factibilidad para la construcción de una nueva central eléctrica de carbón en el norte de Queensland, una propuesta que el líder de la oposición ha calificado de "dinero para pagar por el silencio de los escépticos del cambio climático”.
Albanese también critica el manejo de Morrison de la actual temporada de incendios forestales, donde han muerto más de 30 australianos.
Mientras, un grupo de líderes religiosos han pedido al primer ministro australiano que abandone los combustibles fósiles y responda con medidas concretas ante las amenazas del cambio climático.
Un grupo de 18 líderes australianos de las religiones cristiana, hindú, budista, judía y musulmana, entre otras, escribieron una carta abierta a Scott Morrison que refleja su inquietud.
Los líderes opinan que el cambio climático está dañando la creación de Dios y poniendo en grave riesgo el futuro de las comunidades indígenas y granjeros.
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