En apenas pocos minutos las llamas despojaron a Lorena Granados y Gaspar Román, una pareja salvadoreña-chilena, de su casa y su negocio, Roman Leathergoods & Repairs.
El taller y la tienda de prendas artesanales de cuero, era uno de los negocios familiares que caracterizaba al pequeño pueblo turístico de Mogo, en la pintoresca costa de Nueva Gales del Sur.
Tras los incendios, Lorena y Gaspar lucharon incansablemente por obtener ayudas del gobierno australiano pero no fue fácil.
Cuando finalmente recibieron un ingreso suficiente para dar los primeros pasos hace una recuperación del negocio, las restricciones de la crisis del COVID-19 significó que no podrían abrir sus puertas.
“No podemos tener clientes porque no somos un negocio esencial, así que es imposible".
"No podemos abrir”, lamenta Lorena Granados, en entrevista con SBS Spanish.
Desde la destrucción de su negocio, la pareja ha participado en ferias para intentar salir adelante.
Armados de los pocos restos de material que tenían, la ayuda de amigos y vecinos y su gran iniciativa, hicieron para la pandemia y otro tipo de productos.
Pero sin casa, ni un negocio estable, estos ingresos no son suficientes para llegar a fin de mes.
“Tenemos cuentas que pagar y si no estamos trabajando no sé qué va a pasar. Tengo miedo”, confiesa Lorena, madre de tres hijos, uno de ellos aún dependiente.
A pesar de que el gobierno ha ofrecido ayudas a los negocios por la crisis del COVID-19, Lorena expresa que los funcionarios de Servicios Humanos le han dicho que “no está claro” si es elegible para obtener subvenciones por la pandemia.
Dado que la pareja vendía sus productos en ferias antes de que se ordenara la paralización de negocios esenciales, tampoco les correspondería las ayudas por desempleo, algo que le ayudaría a cubrir su necesidades básicas.
La lucha por las ayudas
Después de la destrucción de su vivienda y negocio en Mogo, la pareja pasó por un via crucis para poder obtener las ayudas del gobierno.
Ellos son acreedores de 13 semanas del pago de desempleo. Pero Lorena dice que esos 250 dólares semanales no les ayudará a sobrevivir la crisis económica generada por la pandemia y las restricciones, que se calcula que serán de al menos seis meses.
Tras una larga lucha, Lorena y Gaspar lograron que el gobierno les diera un Small Business Grant por un monto de 50,000 dólares.
Pero conseguir ese dinero no fue fácil. Lorena cuenta que recibieron varias negativas, ya que en el proceso de aplicación se les exigía documentos y evidencias financieros que se habían quemado en el incendio. Incluso, en una oportunidad, funcionarios perdieron su documentación.
El gobierno también les denegó el Disaster Welfare Grant porque sus ingresos del año anterior excedían en unos $300 (por persona) el umbral que los hacía elegibles, según relata Lorena.
“Nos dijeron que habíamos pasado el límite del año pasado”.
Lorena considera que es una decisión injusta, ya que es evidente que este año no lograrán igualar sus ingresos debido a la catástrofe que los incendios causaron en su vida.
La televisora pública australiana, ABC, constató que en un correo electrónico un jefe de equipo de Servicios de Bienestar de Desastres declaró que los ingresos de la pareja para el año anterior excedían en aproximadamente $600 el límite de ingresos para recibir una subvención que pagaría por el reemplazo de artículos esenciales del hogar.
La Oficina de Recuperación de Desastres de Nueva Gales del Sur ha aclarado que las declaraciones de impuestos del año anterior indican que la pareja ganaba $664 dólares por encima del umbral semanal, que para una pareja es de $943,25 por semana.
Una potencial tragedia más
Lorena, que asegura que lo que más desea es poder ganar de su trabajo, tiene otro peso más en sus hombros: al parecer una de sus hijas puede haber sido infectada con el coronavirus, aunque al momento de la entrevista el resultado de las pruebas no era claro.