Una médico británica y su esposo, un bombero jubilado, que vivían en la ciudad australiana de Perth desde 2013 se cuentan entre las 290 víctimas de los ataques terroristas de la Pascua sangrienta en Sri Lanka.
La doctora Sally Bradley y su esposo Bill Harrop estaban alojados en el Cinnamon Grand Hotel, en el momento en que uno de los siete suicidas que portaban bombas perpetró su ataque mortal.
Desde que emigró a Australia en 2013, Bradley se dedicaba a la medicina, pero ya tenía previsto regresar a su país pronto.
La pareja había comprado una casa para retirarse en la localidad de Cotswolds, relató Jonathan Bradley, sobrino de la médico.
Él la describió como una “verdadera hija de Manchester” por su trabajo como médico de cabecera en Salford, así como de directora en el sector público en Manchester y como consultora.
Ella también era hermana del laborista Keith Bradley, un antiguo legislador de Manchester Withington.
Su esposo se había jubilado en 2012 tras trabajar en el Servicio de Bomberos y Rescate de Manchester tras una carrera profesional de 30 años en la que fue condecorado por su labor tras el ataque realizado por el Ejército Republicano Irlandés, el IRA, en la ciudad de Manchester en el año 1996.
Harrop tenía dos hijos de un anterior matrimonio, Miles y Gavin. Uno de ellos, Gavin, se encontraba da vacaciones con la pareja, aunque se alojó en otro hotel.
La familia de la médico dijo en un comunicado que “ella era la personificación de la alegría que puede darte la vida si la llevas con una sonrisa en la cara y con calidez en tu corazón Ella dedicó su vida profesional al servicio público y fue una verdadera hija de la gran Manchester”.
También agregaron que ambos eran “almas extremadamente amables que viajaron el mundo juntos, seguros en los brazos del otro con sus sonrisas en la cara. Ellos eran el latido de sus familias y la inspiración en sus vidas. Serán echados de menos mucho, pero nunca olvidados”.
Su hermano, Lord Bradley dijo que jamás superará este trágico hecho y agradeció el apoyo que le dio la gente.
“En las últimas 24 horas he sido inundado con hermosos tributos a una mujer maravillosa y notable. Ella fue realmente la luz en la vida de muchas personas. Esa luz fue apagada cruelmente y se le recordará siempre”.
Por su lado un representante del Servicio de Bomberos de Manchester, Dave Keelan, expresó que este organismo “tiene sus pensamientos con las familias de Bill y Sally”.