Un alto ministro de Nueva Zelanda aconsejó el jueves a Australia que adoptara un enfoque más suave hacia China, en lo que se percibe como un raro desacuerdo público entre estos países vecinos sobre cómo tratar con un Beijing más asertivo.
Los comentarios, que se hacen eco de las quejas del gobierno chino, probablemente enfadarán a Canberra, a la vez que exponen los diferentes enfoques hacia China por parte de Nueva Zelanda y sus socios de inteligencia en los llamados "Cinco Ojos": Australia, Estados Unidos, Canadá y Gran Bretaña.
Luego del reciente éxito de Wellington en las conversaciones comerciales con China, el ministro de Comercio, Damien O'Connor, instó a Australia a mostrar más "respeto" hacia Beijing.
"No puedo hablar en nombre de Australia ni de la forma en que lleva sus relaciones diplomáticas, pero está claro que si nos siguieran y mostraran respeto, supongo que un poco más de diplomacia de vez en cuando y fueran cautelosos con las palabras, entonces ellos también podrían, con suerte, estar en una situación similar", dijo O'Connor.
El ministro de Comercio australiano, Dan Tehan, afirmó que Australia siempre está abierta al diálogo como la mejor forma de resolver las diferencias.
"Nuestra relación con China se basa en una evaluación de nuestros intereses nacionales. Nuestro enfoque de la política comercial se guiará por las tres P: proactividad, principios y paciencia", declaró Tehan a SBS News en un comunicado.
"Perseguimos el compromiso con China sobre la base del beneficio mutuo, y la complementariedad de nuestras economías nos convierte en socios comerciales naturales", dijo también el ministro Tehan.
La cautela de Nueva Zelanda con respecto a China se ha reflejado en su reticencia a firmar declaraciones conjuntas de los socios de los Cinco Ojos en las que se ha criticado la represión de China contra el movimiento democrático de Hong Kong, incluidas las recientes detenciones de activistas en la ciudad.
Los funcionarios neozelandeses también se han cuidado de no cuestionar directamente la creciente influencia de China en el Pacífico, a diferencia de sus homólogos estadounidenses y australianos.
Los críticos afirman que la política de Wellington con China antepone el beneficio económico a los valores democráticos, algo que el gobierno neozelandés ha negado.
"Siempre hemos podido plantear cuestiones que nos preocupan", dijo O'Connor a la CNBC el miércoles, a raíz de una mejora del libre comercio con el gigante asiático que tardó más de cuatro años en negociarse.
O'Connor afirmó que el nuevo acuerdo reducirá aún más los aranceles sobre los productos neozelandeses que entran en China, su mayor mercado, con un comercio bilateral de $32.000 millones de dólares neozelandeses ($30.000 millones de dólares australianos) al año.
En cambio, China ha impuesto gravámenes punitivos a más de una docena de importaciones australianas, como el vino y la cebada, a medida que las relaciones entre ambos países se empantanan.
Beijing critica la petición de Australia de una investigación sobre los orígenes del COVID-19 y la prohibición de la participación del gigante tecnológico chino Huawei en la red 5G del país.
El periódico estatal chino Global Times dijo el miércoles que los enfoques de Nueva Zelanda y Australia hacia Beijing eran "fuego y hielo", acusando a Camberra de tener "una mentalidad patriotera de la Guerra Fría" mientras que Nueva Zelanda era "relativamente abierta hacia el ascenso de China".
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