El estado de Nueva Gales del Sur (NSW, siglas en inglés) se prepara para endurecer las medidas de restricción social debido a la posibilidad “extremadamente alta” de que el rebrote de la COVID-19 en el vecino estado de Victoria, que es el segundo más grande de Australia en términos demográficos y económicos, se propague en su jurisdicción.
Melbourne, que entró el miércoles en confinamiento durante seis semanas, afronta un rebrote de coronavirus desde finales de junio que ya ha acumulado más de mil casos, un número similar a los que registraba Australia a principios de la pandemia. Además, el estado de Victoria tiene 860 casos activos, que supone el número más alto desde que comenzó esta crisis sanitaria.
El rebrote de Melbourne ha traspasado sus fronteras. Hace más de una semana, el Territorio Norte anunció un caso en su territorio vinculado a una persona que estuvo en las diez áreas confinadas, mientras que el Territorio de la Capital Australiana (ACT, siglas en inglés) reportó los casos de tres miembros de una vivienda con COVID-19, los cuales están vinculados al rebrote en Victoria. Se trata de los primeros casos en más de un mes en la ACT.
Puntos destacados:
- NSW se prepara para endurecer las medidas ante un potencial efecto "extremadamente alto" del rebrote de Melbourne en su territorio, mientras que el Gabinete Nacional evalúa poner límites a las llegadas internacionales a Australia.
- El coste del rebrote a la economía australiana es de $1,000 millones semanales.
- Victoria tiene capacidad para unos mil casos activos de COVID-19, que ya está cobrando víctimas en los hospitales y hogares de ancianos.
Además, en medio de esta situación de emergencia se produjo un fatal error el martes pasado. Un grupo de pasajeros que viajó de Melbourne a Sídney en un vuelo de Jet Star salió del aeropuerto de la capital de NSW sin que se realizaran los controles de salud correspondientes, con lo que se abre otra puerta para un potencial contagio masivo de este coronavirus.
"Como resultado de esta brecha, ahora no se permitirá que los vuelos aterricen en Nueva Gales del Sur hasta que los equipos de Sanidad de Nueva Gales del Sur estén listos para examinarlos", dijo el Ministerio de Salud de Nueva Gales del Sur.
La doctora Kerry Chant, directora de Salud de NSW, dijo que el miércoles se identificaron ocho nuevos casos de COVID en esta jurisdicción siete de los cuales eran viajeros que habían regresado. El octavo caso fue una mujer de unos 30 años en el suroeste de Sydney.
Chant dijo que la mujer pudo haber expuesto sin saberlo al virus a los trabajadores de la salud del Hospital de Liverpool, y varios miembros del personal del hospital se aislaron durante los siguientes 14 días.
NSW Health está investigando si la mujer pudo haber sido infecciosa cuando se presentó en el hospital o si su prueba recogió rastros del virus de una infección histórica.
A esto se suma el caso de un joven al que un diagnóstico le dio negativo a las pruebas y que se detectó al cruzar la frontera de NSW como positivo.
“La posibilidad de contagio en NSW por lo que está sucediendo en Victoria es extremadamente alta”, dijo la premier de este estado, Gladys Berijiklian.
Entre las opciones están el reforzamiento de los controles en las fronteras y el endurecimiento de las restricciones a las reuniones.
Berijiklian también renovó el miércoles una advertencia a los negocios de que deben cumplir con las órdenes de salud pública o se arriesgan a multas de hasta $55,000.
"Aumentaremos el cumplimiento en relación con las empresas de todo el estado", dijo Berejiklian, señalando que sólo el 10% de las empresas del estado se habían registrado como "COVIDSafe".
"Nos preocupa la falta de cumplimiento en NSW en algunos lugares de hostelería, en particular cafés y restaurantes, cosas básicas como compartir un salero y un pimentero".
Las cuarentenas en los hoteles
El régimen de la cuarentena de los hoteles será revisado. Nueva Gales del Sur y Australia Occidental han logrado establecer un límite a las llegadas de los viajeros internacionales, pero el Gabinete Nacional evaluará si se impone otras cotas.
Asimismo, las autoridades australianas han puesto bajo la lupa el régimen de cuarentena en los hoteles debido a los temores de que se produzca una segunda ola de infecciones vinculada a las llegadas internacionales, que suman unas 72,000 personas desde el inicio de la pandemia.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, pedirá al Comité Australiano Principal de Protección Sanitaria (AHPPC, siglas en inglés) que revise los acuerdos de las cuarentenas de los hoteles y presente su informe al Gabinete Nacional este viernes para determinar si los controles en estos lugares son los adecuados.
La decisión se da después de que se atribuyera el rebrote del coronavirus en Melbourne a los fallos en la vigilancia de las cuarentenas en los hoteles a donde llegaban los viajeros internacionales en Melbourne, que estaba a cargo de empresas privadas de seguridad.
En contraste, en NSW esta vigilancia cuenta con el apoyo militar, una asistencia que recién pidió Victoria tras el rebrote.
Morrison dijo que NSW había cargado con “lo más pesado” de la cuarentena a un costo significativo y que la prohibición impuesta por Victoria a los vuelos internacionales había llevado a los viajeros a cambiar sus rutas hacia otras capitales de estado.
"Llevaré una propuesta al gabinete nacional para frenar eso a partir de este viernes", dijo Morrison en una rueda de prensa.
Multimillonario costo del reconfinamiento
El confinamiento de Melbourne y el municipio de Mitchell, a unos 77 kilómetros al norte de la capital de Victoria, le costará a Australia unos $6,000 millones de dólares, de acuerdo al jefe de la oficina del Tesoro, Josh Frydenberg.
"El costo (del confinamiento) de Victoria es de unos $1,000 millones semanales, y esto afectará duramente a los negocios", declaró Frydenberg a la cadena pública ABC.
El rebrote en Melbourne además ha obligado a cerrar la frontera entre Victoria y Nueva Gales del Sur, , dos estados que representan más del 50 por ciento de la población del país y más del 55 por ciento del PIB australiano.
Pero el coste no solo solo económico.
Victoria está preparada para alcanzar el récord de 1.000 casos activos esta semana, pero la crisis podría desbordar sus capacidades.
El presidente de la Asociación Médica Australiana de Victoria, Julian Rait, dijo que estaba muy preocupado por el aumento de las infecciones en los hospitales y las residencias de ancianos.
En pleno rebrote, el diario The Age reveló que las autoridades estatales compraron menos desfibriladores a raíz de que se aplanó la curva en abril. Asimismo, una propuesta de una instalación de cuidados intensivos de 750 camas en el Centro de Convenciones y Exposiciones de Melbourne también fue archivada en silencio, de acuerdo a la fuente.
Por otro lado, el Hospital Privado de Brunswick, en el norte interior de Melbourne, permanece cerrado para nuevas admisiones después de que cuatro pacientes y un trabajador de la salud dieron positivo al virus el miércoles.
Las autoridades de Victoria también están rastreando los contactos también después de los brotes en cuatro hogares de ancianos de Melbourne en 24 horas.
Por otro lado, un médico del Hospital de San Vicente de Melbourne dio positivo, lo que motivó la puesta en cuarentena de 15 empleados , mientras que un paciente de rehabilitación del Hospital Epworth de Hawthorn también se infectó con el virus.
A Rait le preocupa especialmente el grupo del Hospital Privado de Brunswick, que ofrece servicios de rehabilitación a una gran cohorte de pacientes vulnerables e inmunocomprometidos.
En una declaración, el Hospital Privado de Brunswick dijo que el personal había actuado "apropiadamente y con inmediatez".