Un joven de 20 años que viajó a Byron Bay con su padre que tenía COVID-19, lo que provocó un confinamiento de siete días en el área, recibió una multa de 35.000 dólares.
Kristian Radovanovic tenía 19 años cuando dejó su casa en Rose Bay en Sídney y viajó a la región del norte de Nueva Gales del Sur con su padre para comprar una propiedad a fines de julio de este año.
Kristian, quien no se presentó ante las autoridades a su debido a que se encuentra en Serbia cuidando a su abuela, según le informaron al Tribunal Local de Waverley, se había declarado culpable de cuatro cargos por no cumplir con las órdenes de salud pública y estaba "muy arrepentido del confinamiento que ocurrió", dijo su abogado David Newham.
Puntos destacados:
- Kristian Radovanovic viajó junto con su padre, quien era un caso positivo de COVID-19, a la región de Byron Bay y reconoció su culpabilidad por no cumplir con las órdenes de salud pública.
- Los cargos de los que se le acusa incluyen no hacer uso de los códigos QR y de la mascarilla, cuando esto era obligatorio.
- El magistrado que llevó el caso dijo que imponía una multa “sustancial” para “enfatizar la situación con otras personas que no creen que esto sea grave”.
El magistrado Paul Mulroney dijo que todos los delitos implicaron un desprecio por la salud y la seguridad pública.
"No le importaba en absoluto el resto de la comunidad", dijo.
Lo que hizo no fue solo irresponsable, no solo criminal, sino que tuvo el potencial real de poner en grave riesgo la vida y el bienestar de la comunidad.
"Estoy imponiendo multas sustanciales para enfatizar la situación con otras personas que no creen que esto sea grave... debería haber consecuencias importantes".
Por no registrarse con los códigos QR y no usar una mascarilla en una tienda general, Kristian Radovanovic fue multado con $5,000 y $7,500 respectivamente; y por no usar una mascarilla o usar un código QR en un taxi fue multado con $12,500 y $10,000 respectivamente.
The man and his 52-year-old father, who had COVID-19, travelled from Sydney to Byron Bay. Source: AAP
La familia tenía una excusa razonable para ingresar a la región a comprar una finca, después de que el socio comercial principal de su padre ya la hubiera inspeccionado y le comunicó que "ésta era la indicada", escuchó el tribunal.
"En ese momento, no sabían que estaban infectados con COVID-19", dijo el abogado.
La familia recogió algunas pertenencias y viajó a Byron Bay el 31 de julio.
Se detuvieron en varios lugares a lo largo del viaje, incluidas ciudades a lo largo del río Richmond y alrededor de Ballina, según documentos judiciales.
Después de que la propiedad original no fuera lo que se esperaba, el padre hizo una oferta en una granja de Nimbin el 5 de agosto.
Para ese momento, él ya tenía dificultades para respirar, las cuales supuso se debían a su asma crónica, le dijeron al tribunal.
Días después, el hombre de 52 años fue ingresado en el hospital con el virus, lo que posteriormente llevó a Byron Bay y las áreas circundantes a un confinamiento de una semana en agosto.
Su hijo también dio positivo por COVID-19 y se recuperó durante 10 días en una pequeña habitación con baño, describiendo la situación como "un infierno".
El abogado Newham dijo que su cliente aceptó que no había excusa para su conducta, pero señaló que "la mitad de las personas de alrededor estaban haciendo lo mismo".
El fiscal de policía Matthew Wade dijo que Kristian Radovanovic eligió deliberadamente ignorar las leyes en ese momento.
"No importa cuál sea la actitud en Byron Bay", dijo.
A pesar de las protestas de su abogado de que el joven no estaba "rebosante de dinero", el magistrado dijo que la familia pudo comprar una propiedad, volar y vivir en el extranjero.
