Se siguen celebrando reuniones sanitarias urgentes para decidir qué sectores empresariales van a ver relajadas las normas de aislamiento por COVID-19, después de que el rápido aumento del número de infecciones haya provocado problemas generalizados en la cadena de suministro.
Las conversaciones entre los ministros federales y la industria tuvieron lugar durante la noche y se retomarán el miércoles para ayudar a resolver la escasez de personal inducida por el coronavirus.
Las cadenas de suministro de servicios esenciales se han visto gravemente afectadas por el brote, con miles de personas aisladas tras haber contraído el virus o haber sido designadas como contacto cercano.
Los problemas de suministro han obligado a algunos de los principales minoristas de alimentos a imponer límites a los productos en varios artículos.
La ministra de la Pequeña Empresa en funciones, Anne Ruston, se ha reunido con los grupos industriales.
Las conversaciones se producen después de que el Comité Principal de Protección de la Salud de Australia diera a conocer el lunes un consejo preliminar para los trabajadores del sector de la alimentación, que apuntaba a que se les podría permitir salir del aislamiento y volver al trabajo si dan negativo en las pruebas después de haber sido un contacto cercano.
El consejo se presentará al gabinete nacional en su próxima reunión del jueves.
También se está trabajando para ampliar el asesoramiento a otros sectores esenciales, como los proveedores médicos, la aviación, la atención infantil y la educación.
El primer ministro Scott Morrison se reunirá el miércoles con el Mecanismo Nacional de Coordinación y los ministros para debatir posibles cambios en el asesoramiento del AHPPC.
Entre los cambios se encuentra que los servicios esenciales deben garantizar que los trabajadores reciban una vacuna de refuerzo de COVID-19.
El personal de los servicios esenciales podrá seguir trabajando después de una exposición al virus, siempre que la prueba rápida sea negativa, y posteriormente se realicen pruebas rápidas periódicas.
Todavía no se ha determinado el momento exacto de la frecuencia de las pruebas rápidas para los empleados.
Esto sucede después de que más de 35.000 niños de entre 5 y 11 años recibieran la vacuna COVID-19 durante el primer día de la distribución infantil.
A pesar del gran número de niños vacunados, la presidenta del Real Colegio Australiano de Médicos Generales, la Dra. Karen Price, dijo que los esfuerzos se veían obstaculizados por problemas de suministro.
Price dijo también que se estaban cancelando muchas citas en las clínicas de todo el país debido a que las vacunas no llegaban a tiempo.
"Los médicos de cabecera y sus equipos están tratando de vacunar a los niños del país con un brazo atado a la espalda", dijo.
"Los casos de ómicron están aumentando y el primer trimestre escolar se acerca rápidamente. Hay que mejorar urgentemente el despliegue de la vacuna infantil ahora".
Las autoridades sanitarias han dicho que había suficiente suministro de la vacuna para garantizar que todos los 2,3 millones de niños de la franja demográfica de 5 a 11 años pudieran vacunarse antes del comienzo de la escuela.
Mientras tanto, el lunes se administraron más de 215.000 vacunas de refuerzo en todo el país, lo que eleva el total a más de 3,8 millones de adultos.
Las autoridades sanitarias están estudiando actualmente la posibilidad de ampliar la posibilidad de recibir vacunas de refuerzo a los jóvenes de 16 y 17 años.
El martes se registraron más de 90.000 nuevas infecciones por COVID-19 a nivel nacional.
