La policía de Nueva Gales del Sur está lanzando un importante despliegue de elementos en el suroeste de Sídney, a partir de las 7 de la mañana de este viernes, para garantizar el cumplimiento de todas las órdenes de salud pública establecidas como medida contra el COVID-19.
Se trata de un grupo de 100 policías adicionales que patrullarán la zona a caballo, en patrullas y en el transporte público. Aunque algunas voces han expresado su preocupación de que las autoridades estén culpando injustamente a diversas comunidades por violar las reglas.
El alcalde Fairfield, Frank Carbone, ha pedido no culpar al área por el reciente brote de COVID-19, la cual se está convirtiendo en el nuevo epicentro de la oleada viral que comenzó en Bondi Junction.
Puntos destacados:
- A partir de esta mañana de viernes 100 policías adicionales serán desplegados en la zona suroeste de Sídney.
- El alcalde de Fairfield pide no culpar a los habitantes de esa área por el creciente brote de COVID-19.
- La policía apela a la comunidad para que informe sobre presuntas infracciones a las órdenes de salud pública que puedan afectar la salud y la seguridad de la comunidad.
El comandante de la región metropolitana del suroeste de Sídney, el comisionado adjunto Tony Cooke, señaló que el departamento de Salud de Nueva Gales del Sur (NSW, por sus siglas en inglés) está teniendo problemas en el suroeste.
El departamento de Salud “nos ha dicho muy claramente que tenemos dificultades en el suroeste de Sídney. Se trata de ayudar a nuestra comunidad a cumplir, donde no se logre ese cumplimiento, lo hacemos cumplir, está muy claro".
La policía preguntará a las personas que están fuera de sus hogares cuál es su excusa razonable y tomará medidas enérgicas contra actividades como compras innecesarias.
"No se necesita ese par de zapatos hoy", dijo el comandante local, Tony Cooke.
La operación comenzará a las 7 am del viernes y contará con policía montada, patrullas de tránsito, oficiales de transporte y seguridad, y personal de otras áreas especializadas en una "presencia muy visible", anunció el comisionado adjunto Mal Lanyon el jueves por la tarde.
Claramente todavía tenemos miembros de la comunidad que no cumplen (con las órdenes de salud pública).
"Hemos trabajado muy duro con los miembros de la comunidad y continuaremos haciéndolo, pero ahora es el momento de asegurarnos de detener este virus".
La policía está apelando a la comunidad para que informe sobre presuntas infracciones de las órdenes de salud pública que puedan afectar la salud y la seguridad de la comunidad.
Esto se produce después de que Nueva Gales del Sur registrara 38 nuevos casos locales de COVID-19, el aumento diario más alto de este año.
Once de estos nuevos casos fueron infecciosos mientras estaban en la comunidad, lo que llevó a las autoridades a reforzar la necesidad de que las personas se quedaran en casa.
Alcalde de Fairfield pide no culpar a los residentes de esa zona
Mientras tanto, el alcalde de Fairfield, Frank Carbone, pidió que no se culpara a los residentes de esa área por el creciente número de casos de COVID-19 en Sídney.
Carbone dijo a la cadena de noticias 9News que no es culpa de los residentes y que no aceptará esos señalamientos.
"No es nuestra culpa que el virus esté aquí. Es el hecho de que sigue escapándose de los hoteles de cuarentena y ahí es donde la gente se siente frustrada".
Las áreas de gobierno local de Fairfield, Canterbury-Bankstown y Liverpool han experimentado altas tasas de transmisión de COVID-19 en los últimos días, y la premier del estado, Gladys Berejiklian, advirtió que dicha región podría estar sujeta a restricciones elevadas.
El suroeste de Sídney es el hogar de muchas de las comunidades multiculturales de la ciudad, y algunos críticos han descrito la operación policial como un doble estándar en comparación con las acciones tomadas en otros lugares de Sídney.
“Doble rasero” para las comunidades multiculturales, acusan
La senadora de los Verdes, Mehreen Faruqi dijo que la operación es un "terrible giro de los acontecimientos".
"La vigilancia excesiva de las comunidades multiculturales es una receta para el desastre. La policía montada nunca fue llamada a Avalon o Westfield Bondi", dijo en Twitter.
"El doble rasero está a la vista".
La organización de justicia racial Democracy in Color condenó la decisión y describió la operación como "racismo apenas encubierto".
"Esta no es una respuesta de salud pública, se dirige explícitamente a personas de color y comunidades de clase trabajadora en los suburbios del oeste", dijo la directora nacional Neha Madhok.
"Los suburbios del centro de la ciudad y las playas del norte han tenido casos importantes, pero no han sido controlados con tanta dureza".
Pero el vicealcalde de Fairfield, Paul Azzo, dijo a la agencia de noticias AAP que la represión propuesta era un pequeño precio a pagar si eso podía frenar la propagación del virus.
"El hecho de que la respuesta propuesta no haya sido adoptada para brotes anteriores en el este de Sídney y las playas del norte no me desconcierta", dijo Azzo.
"Veo la propuesta policial como positiva para el suroeste de Sídney y felicito a la premier por tener un interés especial en los residentes de Fairfield".
El parlamentario de Lakemba, Jihad Dib, del partido Laborista, dijo a la cadena ABC que no creía que emitir más multas fuera necesariamente el enfoque correcto.
"Si todo es siempre el palo, no sé si esa será necesariamente siempre la solución. Lo que puede provocar es crear una sensación de angustia y de aislamiento. Recuerden, si estamos todos juntos en esto, estamos todos juntos. Ningún grupo separado del otro".
Ante estos señalamientos, el comisionado adjunto Lanyon negó el jueves que la operación fuera discriminatoria.
"El virus ha demostrado muy claramente que no discrimina y tampoco lo hace la policía de Nueva Gales del Sur", dijo.
"Es por eso que estamos apuntando al área metropolitana suroeste a partir de mañana, como lo hemos hecho donde se han identificado otras áreas de preocupación".