Alrededor de uno de cada seis jóvenes en Australia se quedó si techo el año pasado, principalmente por incidentes de violencia doméstica que obligaron a estos adolescentes a dejar la casa familiar, según los datos que se desprenden de una encuesta realizada por la ong Mission Australia.
“Sabemos que muchos jóvenes australianos no saben en dónde dormirán cada noche, lo que significa que ésto hace más difícil en las expectativas respecto a lo que quieren ser en el futuro. Dejan de ir al colegio porque tienen que mudarse de un lugar temporal o inadecuado a otro. Pueden tener una enfermedad mental y vivir en una familia con situaciones conflictivas con la sensación de que no tiene un santuario ni un lugar seguro. Aspiran a un trabajo seguro, pero pierden las esperanzas respecto al futuro porque tienen que enfrentar barreras que se le interponen sin un sentido de control sobre sus propias vidas”, según Mission Australia.
En el sondeo se les preguntó a la población de adolescentes de entre 15 y 19 años si habían estado fuera de casa en los últimos tres meses porque sintieron que no podían regresar a ellas.
Los resultados publicados hoy miércoles muestran que uno de cada seis jóvenes en todo el país respondieron sí el 2017.
La mayor tasa se registró en Australia Occidental, en donde uno de cada cinco dijo que sí, y la menor en Victoria (uno de cada ocho encuestados).
El director ejecutivo de Mission Australia, James Toomey, dijo que la organización de caridad decidió recopilar los datos tras enterarse de informes de los proveedores de los servicios para los indigentes que daban cuenta de un incremento de personas sin techo entre la población joven.
La mayoría de los jóvenes sufren de lo que se llama “indigencia escondida” dado que viven en refugios, en lugares de tránsito o duermen en diversos lugares (couch surf), según explicó Toomey.
“Los jóvenes dan la impresión de que eligen ausentarse de la vivienda familiar. Esto significa que un menor que vive con un adulto o con su progenitor se queda sin techo a consecuencia de ello”, explicó Toomey al referirse a la indigencia escondida que padecen los jóvenes.
Toomey dijo que los jóvenes que están bajo el cuidado del Estado, en hogares de acogida o lugares residenciales, también corren el peligro de quedarse sin hogar debido a la falta de viviendas accesibles para ellos.
Mission Australia instó al Gobierno a implementar una estrategia nacional contra la indigencia que tenga como prioridad las medidas preventivas para evitar que los jóvenes se queden sin hogar.
“Esto significa que se trabaje con los sistemas familiares para que se estabilicen y que se brinde apoyo a las familias disfuncionales o en caso de violencia familiar”, precisó Toomey, al agregar que también deben considerarse estrategias para que los adolescentes puedan dejar sus viviendas de forma segura para ir a lugares de alojamiento adecuados.
La encuesta también reveló que uno de cada cinco adolescentes que durmió en diversos lugares como la casa de amigos, conocidos o familiares (couch surfing) lo hizo por primera vez antes de cumplir los 12 años de edad. El mismo porcentaje declaró que el dormir el diversos sofás no fue una experiencia aislada.
Siete por ciento de los jóvenes dejó su vivienda por períodos que superaron los seis meses.
Toomey pidió remover el estigma en torno a este problema es crucial .
“Dar a la gente la oportunidad de hablar de su experiencia con los indigentes, y en consecuencia, desestigmatizarla, para que se pueda acceder al apoyo disponible para ellos”, precisó.
Las enfermedades mentales a menudo juegan un papel importante en la indigencia de los jóvenes y estos dos factores combinados , a menudo, exacerban el problema.
Mission Australia recordó que el quedarse de brazos cruzados crearía una generación de jóvenes con heridas mentales y físicas por la indigencia que acarrearán durante su vida adulta.