La bicicleta cuesta arriba que pedalean los jóvenes para pagar los arriendos en Australia

SBS en Español te cuenta la historia de tres jóvenes, quienes enfrentan más dificultades por ser estudiantes, mujeres y estar sin pareja. “Siendo mujer y soltera, es aún más difícil, porque no puedes compartir los gastos del alquiler", nos dice una de ellas.

La bicicleta cuesta arriba que pedalean los jóvenes para pagar los arriendos en Australia

La bicicleta cuesta arriba que pedalean los jóvenes para pagar los arriendos en Australia Source: Natalia Godoy

Generar ingresos para destinar la mayor parte de ellos al pago del alquiler es la bicicleta más común que pedalean los latinos recién llegados al país. Aunque los salarios que reciben en Australia son más elevados que los que tenían en sus países de origen, el pago semanal del alquiler es algo que les sacude los bolsillos a todos. Especialmente a los estudiantes, que, además, tienen que costearse los gastos de la escuela. Con la restricción que tiene el visado estudiantil, que permite trabajar un máximo de 20 horas a la semana, el salario de un estudiante está muy por debajo de los 1,100 o 1,500 dólares que pueden llegar a recibir en promedio un trabajador a tiempo completo a la semana, según el departamento de estadísticas de Australia.

Vivir en Sídney, la ciudad con los arriendos más caros de Australia

Dayanna Galvis, estudiante de inglés proveniente de Colombia.
Dayanna Galvis, estudiante de inglés proveniente de Colombia. Source: Natalia Godoy

Dayanna, la estudiante que se ha quedado con 50 dólares en el bolsillo para vivir

Dayanna Galvis (27 años) vive en el corazón financiero de Sídney desde que dejó su querida Colombia en septiembre pasado. Vino a cumplir su sueño de estudiar inglés y vivir en el extranjero. Desde que llegó, cada mañana, de lunes a viernes, camina diez minutos desde su apartamento en calle Kent hasta la escuela donde cursa Inglés Cambridge a tiempo completo cerca de Town Hall.

Durante estos nueve meses, en más de una ocasión, se ha quedado con entre 20 y 50 dólares en su cuenta bancaria para vivir hasta el próximo salario en dos semanas, después de pagar los 340 dólares quincenales que le cuesta una habitación que comparte con otras tres jóvenes inmigrantes. En la propiedad, de dos habitaciones y un baño compartido, habitan un total de seis mujeres de diferentes nacionalidades.

Dayanna, además, carga con la responsabilidad de enviar sagradamente todos los meses 700 dólares a Colombia para responder a un crédito de consumo que suscribió con un banco para cubrir los primeros seis meses de sus estudios. Su estrés financiero, dice, lo vive la mayoría de los jóvenes colombianos que llegan a Australia, pues la situación económica del país cafetero les obliga a recurrir a una deuda ante la imposibilidad de ahorrar antes de emprender su viaje.

Sus primeros dos meses, sin duda, advierte, fueron los más duros económicamente. Todos los restaurantes y los cafés (cafeterías) en los que estuvo a prueba le negaron la oportunidad de incorporarse ante la falta de experiencia como mesera y su escaso dominio de inglés.

Ahora siente que las cosas están comenzando a mejorar un poquito. Hace un mes arrancó como mesera en un restaurante de comida italiana ubicado en Parramatta, a unos treinta minutos en tren desde Town Hall. Al menos tiene aseguradas 20 horas de laburo a la semana y la comida de la cena, algo que no tenía en su antiguo trabajo de limpieza.

Como está saliendo pasada las diez de la noche del restaurante, Dayanna está considerando mudarse a Parramatta donde existe, además, la posibilidad de alquilar por primera vez un cuarto para ella sola que, según lo que ha averiguado, le podría costar 150 dólares.

Dayanna siente que este cambio de barrio podría ayudarla a ahorrar y comenzar a disfrutar de una ciudad tan linda como Sídney. “Muchas veces me siento arrepentida, trabajo para pagar la renta, y ya está.”

 “Si no tuviésemos la limitación de las horas (de trabajo) podríamos acceder a otro tipo de trabajos y sería más fácil el tema del arriendo,” dice Dayanna, quien es de profesión administradora de empresas.
Dayanna es parte de la realidad que enfrentan muchos de los inmigrantes que aterrizan en Sídney, la ciudad con los arriendos más caro de Australia, seguida por Melbourne y Brisbane. 

Cuesta arriba con un gran peso

Generar ingresos para destinar la mayor parte de ellos al pago del alquiler es la bicicleta más común que pedalean los latinos recién llegados al país. Aunque los salarios que reciben en Australia son más elevados que los que tenían en sus países de origen, el pago semanal del alquiler es algo que les sacude los bolsillos a todos. Especialmente a los estudiantes, que, además, tienen que costearse los gastos de la escuela.  

Si bien el precio de un alquiler depende de la ubicación y el tamaño de la propiedad, el gobierno estima que un estudiante extranjero debe considerar desde 165 a 440 dólares semanales para su acomodación en el país, de acuerdo con las cifras publicadas en StudyinAustralia, el sitio informativo administrado por la Comisión Australiana de Comercio e Inversión (Austrade) destinado a los estudiantes internacionales.

Con la restricción que tiene la visa estudiantil, que permite trabajar un máximo de 20 horas a la semana, el salario de un estudiante está muy por debajo de los 1,100 o 1,500 dólares que puede llegar a recibir en promedio un trabajador a tiempo completo a la semana, según la Oficina de Estadísticas de Australia.

Dayanna confiesa que nunca ha generado más de 500 dólares a la semana desde que llegó a Sídney. Además, siente que los trabajos a los que pueden acceder las mujeres, como mesera, limpiadora o niñera, siempre son pagados por debajo de lo que pueden ganar los hombres. 

No solo Dayanna es la única que experimenta dificultades para acceder a una vivienda por no estar en pareja. Las personas solteras con salario mínimo tienen acceso a menos del 3% del total de 67,365 propiedades en todo el país, indicó un reporte elaborado por la Iglesia Anglicana sobre la oferta en arriendos disponible un fin de semana de marzo de este año.

“Para la mayoría de las personas de bajos ingresos, la renta no debiera ser superior al 30% del presupuesto del hogar para no causar un estrés financiero y generar opciones difíciles,” señalaba el mismo informe.

Muchos estudiantes, que prefirieron mantener su nombre en reserva, reconocieron que una vez que cumplen con sus 20 horas semanales continúan trabajando en “negro” y reciben un pago extra “cash-in-hand” (en efectivo). Ellos creen que el gobierno está consciente de esta situación y esconde la vista ante esta realidad, pues el costo de vida en Australia, incluyendo el alquiler y el transporte, es muy alto.

Otros estudiantes, en cambio, además de vivir en las afueras de la ciudad, aprovechan de trabajar a tiempo completo cuando tienen vacaciones en la escuela, que es el único momento en que no tienen limitaciones laborales.

María y el sacrificio por quedarse en Bondi

María cuenta cómo enfrenta el alza del alquiler en Bondi
Maria vive en Bondi, uno de los suburbios más trendy de Sídney. Paga 280 dólares por su cuarto propio a la semana. Source: Natalia Godoy
Ese es el caso de María Landry (33 años), una argentina que trabaja como barista en una cafetería a cuadras de la playa de Bondi, el lugar que ha sido su hogar desde que aterrizó en Sídney hace tres años y medio.

Desde marzo de este año, vive en un apartamento de dos habitaciones y un baño que comparte con su mejor amigo Gonzalo (28 años), quien a su vez comparte su habitación con Denisse (24 años).

María paga 280 dólares por la privacidad que le brinda un cuarto propio y la alegría de vivir en uno de los balnearios más populares de la costa este de Sídney. Aceptó un contrato por escrito, de tres meses, con una corredora de propiedades y pagó un depósito de 2,040 dólares que corresponde a tres veces el valor de la renta semanal, que es 680 dólares.

Para llegar a tener el contrato de arriendo a su nombre y mantener su apartamento -que está decorado a su gusto, limpio y ordenado-, María aprovecha las vacaciones que tiene en la escuela para trabajar unas 60 horas, de lunes a lunes, hasta que vuelve a clases. Con esto, además de costear en parte el arriendo futuro, puede reunir el dinero que debe desembolsar cada tres meses en su diplomado avanzado de Administración y Liderazgo.

María está consciente de que podría pagar mucho menos por una propiedad con las mismas características de la actual si se mudara hacia el oeste de Sídney. No obstante, Bondi la hace sentir más como en casa, debido a gran cantidad de latinos que habitan la zona, dice María, quien ejercía como actriz y profesora de canto en Buenos Aires.

Junto a Gonzalo comparten el gusto por la música. En la sala del apartamento, tienen un piano eléctrico y una guitarra que usan a diariamente para cantar y disfrutar de un mate. Entre los tres han tratado de tener una dinámica muy familiar, dice María, quien cocina normalmente la cena para los tres cuando coinciden en casa.
Trabajar por alojamiento en Melbourne, una opción para ahorrarse el alquiler

Carolina, la ingeniera que trabaja en un hostal por acomodación

Carolina Leal (30 años) dejó Concepción, una ciudad al sur de Santiago, con la intención de migrar y ejercer su amada carrera de ingeniería Civil en Australia.

En Chile, aplicó al visado 476, que permite a los ingenieros de hasta 31 años y recién graduados de las universidades internacionales elegibles por el gobierno de Australia ejercer su profesión por un máximo de 18 meses en cualquier parte del país.  Con visado en mano, y sus ahorros de dos años, aterrizó en Melbourne en marzo pasado con la ilusión de encontrar una oportunidad en lo suyo.

Desde entonces ha estado postulando a ofertas laborales, entrevistándose con reclutadores para conocer las preguntas más comunes y también estudiando por su cuenta los softwares con los que trabajan los ingenieros en Australia. Además, está pagando una membresía Premium en LinkedIn para que su perfil sea visible a los reclutadores que usan esta red social para contratar profesionales y así maximizar sus opciones.

Para ahorrarse el arriendo, mientras tanto, Carolina está trabajando dos horas y media en un hostal a cambio de su acomodación. Dice que se ahorra 170 dólares a la semana, pues el hostal cobra 25 dólares por pasar la noche en un camarote en una habitación para cuatro personas. Cuenta que firmó un contrato que estipula que ella trabaja voluntariamente a cambio de compartir un cuarto con otras tres personas.

Melbourne es la segunda ciudad con los alquileres más caros de Australia. La mediana de los precios de los apartamentos en Melbourne llegó a 410 dólares semanales durante el primer trimestre de 2018, un alza de 2,5 por ciento respecto del trimestre anterior, según el último informe elaborado por Domain, una plataforma online donde se comercializan propiedades en Australia.

Carolina está contenta con esta experiencia.  El hostal tiene un ambiente tranquilo, pues está alejado del centro de la ciudad y, sobre todo, le proporciona una experiencia multicultural que le permite practicar diariamente su inglés que ya considera fluido.

Al principio se llevó la parte más dura que, según ella, era levantarse de su cama todos los días a las cuatro de la mañana para limpiar baños del reciento, cuya capacidad máxima es 250 personas. Ahora, que ya lleva dos meses ahí, sus labores son más variadas. A veces limpia la cocina o aspira los espacios comunes. Otras veces cocina las verduras y las salchichas del “BBQ” que ofrece el hostal para sus huéspedes los viernes y domingo por la noche.

Hace dos días, para no consumirse todos los ahorros que trajo desde Chile en comida y transporte, comenzó a hacer entregas en bicicleta de pedidos de comidas que las personas compran mediante la aplicación móvil de Uber Eats.
Carolina (de chaqueta café) con su prima recorriendo el CBD.
Carolina (de chaqueta café) con su prima recorriendo el CBD. Source: Carolina Leal
“Yo les recomendaría que vengan con un poco de ahorros porque no está fácil encontrar trabajo, ni en ingeniería, ni en otras cosas, como hospitality, que yo también estoy considerándolo ahora.”

Carolina dice que seguirá trabajando por acomodación incluso con un trabajo estable, al menos en un principio. 

Escucha la entrevista con Carolina Leal, chilena que trabaja en un hostal a cambio de acomodación.

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Published 24 July 2019 9:28am
Updated 24 July 2019 10:33am
By Natalia Godoy

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