Los jubilados australianos que viven en el extranjero deberán presentar un certificado de "prueba de vida" cada dos años si desean continuar recibiendo los beneficios de asistencia social.
El ministro de Servicios Sociales, Paul Fletcher, dijo que el gobierno podría pagar pensiones a 6.000 personas que viven en el extranjero después de muertos.
El gobierno federal quiere evitar que el dinero de los contribuyentes se pague a personas muertas, en una medida que será anunciada en la actualización presupuestaria semestral el próximo lunes.
El gobierno calcula que el cese de las pensiones podría ahorrarle al presupuesto federal unos 150 millones de dólares en cuatro años. que el cese de esos pagos podría ahorrarle al presupuesto federal.Fletcher dijo que si bien la explicación más probable era que los jubilados australianos que viven en el extranjero habían muerto, en algunos casos podrían tratarse de fraudes.
Elderly care in nursing home - doctor with patient. Source: Getty Images
"Cualquiera sea la razón, tenemos el deber frente a los contribuyentes de asegurarnos de que el gobierno australiano no esté pagando las pensiones a las personas que ya no están vivas", dijo el ministro.
"Hasta ahora, el Departamento de Servicios Humanos se ha basado en gran medida en el informe voluntario de la muerte de un jubilado por parte de un familiar o amigo", agregó.
Fletcher manifestó que hay casi 100,000 jubilados australianos que viven en el extranjero, y que casi todos reciben la pensión por jubilación.
Los requisitos entrarán en vigencia a partir del 1 de julio del próximo año, y se enviará una carta a los jubilados que viven en el extranjero para informarles de los cambios.
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