El jefe de la oficina del Tesoro de Australia, Josh Frydenberg, hizo público el lunes el balance semestral que hace el gobierno sobre las perspectivas económicas y presupuestarias para este año financiero y un futuro a corto plazo destacando la fortaleza de la economía del país, pero diversos sectores han mostrado frustrados con la actuación del gobierno, al que han dado la nota “F”.
“La economía es más débil y el gobierno no tiene idea ni tampoco tiene un plan para cambiar el rumbo”, dijo el portavoz de los laboristas en asuntos del Tesoro, Jim Chalmers, quien subrayó que la coalición terminará el 2019 con “una gran F de fracaso en la economía”.
En su anuncio, Frydenberg destacó que el presupuesto de este año fiscal 2019-20 terminará con $5,000 millones de dólares de superávit, así como un superávit acumulado de $23,500 millones de dólares hasta 2022-23. También destacó que Australia seguirá teniendo un crecimiento económico más alto que las economías del G7 a pesar de la inestabilidad de la economía mundial y la sequía e incendios que aquejan a Australia.
Pero a pesar del optimismo, el superávit que anunció Frydenberg no es tan auspicioso como esperaba a principios de año. En la revisión se ha reducido en unos $22,000 millones de dólares el superávit esperado y el crecimiento económico será de 2.25 por ciento, es decir, 0.5 puntos porcentuales menos que lo previsto.
Los salarios crecerán en 2.5 por ciento a pesar de que se pronosticaba un crecimiento de 3.5 por ciento este año. Para el próximo los pronósticos también son bajos: 2.75 por ciento de crecimiento. El consumo ha sido reducido a 1,75 por ciento, cuando el pronóstico inicial era de 2,75 %, mientras que los ingresos del GST, que mide el gasto, se reduce en 2.7 %.
En suma, “todas las cifras fueron en la dirección equivocada: el crecimiento real y nominal, los salarios, el desempleo, el empleo, la deuda, el consumo, la inversión empresarial, los ingresos y elsuperávit se redujeron en 22.000 millones de dólares en cuatro años”, anotó en un artículo hoy el diario The Australian Financial Review.
“No importa cuán duro trabaje la gente, ellos no pueden ver que van a salir adelante porque tienen precios exorbitantes que pagar en las guarderías, la electricidad, los seguros privados de salud y al gobierno parece que no le importa la gente, ciertamente no lo suficiente como para venir con un plan integral y hacer que se muevan las cosas nuevamente”, criticó Chalmers.
Salarios bajos la nueva norma
El Banco Australiano de la Reserva alertó recientemente que los salarios bajos serán la nueva norma, algo que pone los pelos de punta a los trabajadores que ven difícil afrontar los gastos del día a día.
La secretaria de la central sindical australiana ACTU, Sally McManus, comentó que “los trabajadores australianos acumulan siete años con récords de crecimiento salarial bajos”.
“Scott Morrison no tiene idea de cómo elevar los sueldos. Tristemente vamos a ver que continuarán los sueldos bajos mientras que el gobierno de Morrison seguirá atacando a los sindicatos y socavando la habilidad de la gente trabajadora de ganarse un aumento salarial”, apuntó.
Un análisis realizado por el diario The Australian muestra que una persona que trabaja con jornada complete y ganó un sueldo promedio de $84,968 dólares en mayo pasado ganará unos 94,796 dólares en cuatro años, lo que supone más de $2,000 dólares menos de lo que ganaría con un 3,5 por ciento del incremento salarial que había previsto el gobierno.
Por otro lado la tasa de desempleo se ha reducido de 5.25 por ciento a 5 por ciento para los próximos dos años fiscales.
El Consejo Australiano de Servicios Sociales (ACOSS, siglas en inglés) criticó al gobierno de Morrison por no adoptar medidas para reducir el desempleo.
“La principal acción que se ha adoptado este año para apoyar a la economía y al crecimiento del empleo ha sido un recorte tributario de $8,000 millones de dólares y esto no ha funcionado. Adelantar más recortes tributarios repetirá el mismo error y reducirá los ingresos que necesitamos para financiar los servicios esenciales en el futuro”, dijo la directora ejecutiva de ACOSS, Cassandra Goldie.
“El gobierno ha fallado nuevamente también en elevar el Newstart (pago por desempleo), tras 25 años sin un incremento real, a pesar de la necesidad obvia y de los consejos de los economistas prestigiosos que creen que esto será de beneficio porque da un estímulo económico”, agregó.
Las pequeñas empresas frustradas
La defensora de las Pequeñas Empresas, Kate Carnell, está preocupada porque los consumidores no están gastando lo suficiente, lo que ha puesto a los negocios, especialmente los familiares, en dificultades. Incluso a pocos días de la Navidad no hay oleadas de compradores en las tiendas como en años anteriores.
Los recortes tributarios, el pilar principal de la política económica del gobierno, no están dando los resultados esperados.
“Lo que vemos es que la confianza del consumidor está cayendo. Una nueva encuesta de Westpac publicada hace unos días muestra otra caída en la confianza del consumidor. Esto significa que la gente está pagando sus deudas o poniendo su dinero en el banco. Algunos de ellos están poniendo su dinero en el sector inmobiliario, pero lo que quiero decir es que nadie está gastando”, precisó.
Para Olivia Meredith, dueña de una florería en Sídney, el negocio tambalea a pesar del trabajo y el empeño que le pone.
“ES difícil porque trabajo 18 horas al día todo el tiempo y realmente se necesita trabajar más que eso y cuando lo haces no ves los beneficios al final del día y esto es muy difícil. El mantener en lato la moral de los empleados lo es también”, Meredith.