Tras informarle el viernes pasado que debía dejar Tailandia, las autoridades de ese país le reservaron un vuelo a Hakeem AlAraibi para que regrese a Melbourne. Éste debía partir al día siguiente por la noche, pero ese mismo día fue trasladado de la celda policial en la que estaba recluido en el aeropuerto de Bagkok, al Centro de Detención de Inmigrantes en la ciudad, según informaron diversos activistas y ongs de derechos humanos que se han contactado con el joven.
Araibi, quien fuera miembro de la selección nacional de Baréin y actualmente juega para el club Pascoe Vale de Melbourne, goza del estatus de refugiado en Australia desde mayo de 2014, tras ser sentenciado en ausencia por la justicia de su país a diez años de prisión por cometer actos vandálicos contra una estación de Policía.
El futbolista explicó que fue detenido en noviembre de 2012 y torturado por las autoridades de Bahrani, supuestamente por las actividades políticas en las que estaba implicado su hermano.
Asimismo el joven de 25 años ha sido un crítico ruidoso contra el presidente de la Federación de Fútbol de Asia y primo del rey de Baréin, Salman Al Khalifa.
Posible extradición
Araibi fue detenido tras llegar a Bangkok el 27 de noviembre, en virtud de un perdido de Bairén a Interpol para que capture al joven.
El comandante de la Policía de Inmigración de Tailandia, Surachet Hakpan, dijo que aún no ha recibido el pedido de extradición de Baréin. Este alto mando tailandés explicó que el futbolista será detenido hasta el martes y si no se emite un pedido de extradición hasta esa fecha, éste será enviado de vuelta a Australia.
Tailanda y Baréin no tienen un acuerdo de extradición.
Por su lado, el personal de la Embajada de Baréin en Bangkok declinó de comentar el caso, pero publicó en un tuit que “el sospechoso es requerido por casos de seguridad”.
Por su lado, el director del Instituto de Derechos y Democracia de Baréin, Sayed Ahmed Alwadaei, alertó que si Araibi es extraditado, éste correría "un gran riesgo de que se le torture y se le detenga ilegalmente”.
Asimismo consideró que su potencial extradición representa una violación del derecho internacional y “la ONU y las autoridades australianas deberían luchar para prevenir este resultado desastroso”.
La ong Human Right Watch dijo que el compromiso de Tailandia con los derechos humanos está a prueba.
“Si lo devuelven supondría una gran mancha (en Tailandia), este chico es un refugiado”, dijo el director ejecutivo de la división asiática de Human Rights Watch, Brad Adams.
El Ministerio de Exteriores de Australia se rehusó a comentar en el caso, pero la jefa de la diplomacia australiana, Marise Payne, comentó el viernes que las autoridades han abordado el caso con sus homólogos de Tailandia.
Araibi viajó a Tailandia con su esposa con un documento de viaje emitido por Australia para pasar unas vacaciones en Tailandia.
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