Entre lágrimas y visiblemente alterada, la legisladora laborista Susan Lamb explicó al Parlamento australiano que su madre no estuvo presente en gran parte de su vida porque cuando tenía seis años ésta dejó en la escuela y desapareció.
"No se lo que pasó por la cabeza de mi madre entonces, no se que pasó cuando ella me dejó para nunca volver: No sé que pasa en su vida ahora, no tenemos una relación", dijo Lamb.
Así la legisladora de Longman llevó la crisis de la doble ciudadanía al terreno de la vida íntima y dolorosa de los miembros del Parlamento, en una jornada también marcada por las revelaciones del bebé que espera el viceprimer ministro y líder del Partido Nacional, Barnaby Joyce, con su exasesora de prensa a raíz de una relación extramatrimonial, que ha provocado una respuesta dolida por parte de su exesposa.
El discurso dejó mudo a los legisladores y al primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, quien además fue criado por su padre cuando su madre, la académica Coral Lansbury huyó en 1963 con su colega John Salmon a Nueva Zelanda cuando éste era un niño de 8 años.
Lamb relató el trauma y la angustia que ha experimentado por este abandono y explicó por qué no ha hablado de este asunto durante su vida o cuando tuvo que afrontar la amenaza de perder su escaño por tener una doble nacionalidad.
"Cuando la gente me dice que llame a mi madre, pues, esta es la razón", precisó al insistir que el revelar su historia personal "traumática" no esconde el deseo de que la gente se conmueva.
"Yo no hablo de odio contra mi madre, yo tengo dolor, decepción...y esta historia es solamente para explicar ...que cuando me pidieron el certificado de matrimonio de mis padres...era un documento del que yo no tenía el derecho de solicitar", aclaró.
Lamb explicó que ella se postuló como candidata para los comicios de 2016 después de que las autoridades británicas recibieran el pago por el trámite para renunciar a su ciudadanía británica por ascendencia.
Posteriormente le solicitaron otros documentos incluyendo el certificado de matrimonio de sus padres, el que , según dijo, solo puede ser obtenido por su madre, dado que su padre ya falleció.
El Parlamento australiano reanudó el lunes sus sesiones arrastrando el problema de la doble ciudadanía de sus legisladores, siete meses después de que Scott Ludman, el número dos del Partido Verde, dimitiera admitiendo que aún era ciudadano neozelandés.
Desde entonces han caído diez legisladores, entre ellos Nick Xenophon y Jacki Lambie, ambos figuras relevantes en el Parlamento de Camberra. Solo dos de ellos, Barnaby Joyce, líder del Partido Nacional y el liberal John Alexander, se salvaron al resolver sus problemas de nacionalidad y retornar a sus puestos tras sendas elecciones complementarias.
Pero el asunto está lejos de zanjarse. La última víctima de la saga es el laborista David Feeney.
Recordemos que la sección 44 de la Constitución australiana obliga a un legislador federal a tener solo la ciudadanía australiana, pero a pesar de la norma muchos de los parlamentarios han sido sorprendidos o han soslayado este requisito.
Para resolver la crisis de gobernabilidad desatada por la doble ciudadanía, el Gobierno obligó a sus legisladores a publicar, antes de finalizar las sesiones legislativas el año pasado, su estatus de nacionalidad para dar una mayor transparencia al proceso e intentar poner fin a la crisis.
Pero parafraseando a un poema de Rafael Alberti, al parecer, como la paloma,"se equivocaba".
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