Tras diversos intentos de suicidio en los últimos doce meses, David Goodall, de 104 años, ha decidido viajar a Suiza, país en el que es legal la muerte voluntaria asistida o eutanasia voluntaria.
Goodall viajará a Burdeos el miércoles para visitar a su familia antes de realizar su travesía final a la ciudad suiza de Basilea para someterse a una eutanasia voluntaria en una clínica.
“No quiero ir a Suiza, a pesar de que es un lindo país”, dijo Goodall a la ABC al remarcar que lo hará porque la eutanasia voluntaria es ilegal en el país.
“Estoy muy resentido”, acotó.
Él viajará acompañado desde su ciudad, Perth, junto a un representante de la ong que defiende la eutanasia voluntaria, Exit International, que recolectó 20,000 dólares para cubrir sus gastos.
Goodall acaparó la atención de la prensa en 2016 cuando a la edad de 102 años la universidad en la que trabajó como investigador asociado honorífico le ordenó que deje su oficina por ser un riesgo a su propia seguridad.
Goodall recurrió la decisión y tras la crítica del público, ésta se revirtió, recordó la ABC.
Su condición física se ha deteriorado, así como su calidad de vida.
Goodall espera que el interés del público respecto a su deseo ayude a generar más debate en torno a la eutanasia voluntaria.
“Espero que lleguen a entender esto”, precisó Goodall, quien remarcó que “el ponerme cada vez peor (salud) me hace sentir infeliz”.
Goodall ha tenido diversas conversaciones francas con su familia y cada vez se despide.
“Ellos entienden que mi vida no me satisface en todos los aspectos. Lo más pronto que venga (la muerte) es mejor”, acotó.
En su cumpleaños 14 el físico anunció que pasará el resto de su vida haciendo campaña a favor de la legalización de la muerte voluntaria asistida en el estado de Australia Occidental.