El ministro australiano de Inmigración, David Coleman, emitió el jueves pasado una directiva que permitirá a las autoridades del país a cancelar las visas de aquellos que hayan sido hallados culpables de perpetrar actos de violencia doméstica.
Previamente, a los extranjeros se les revocaba las visas si habían cumplido una pena de cárcel de al menos 12 meses o si no habían pasado la llamada “prueba de carácter” que forma parte de los requisitos para solicitar la entrada al país.
La nueva política ministerial se da después de que el Tribunal Administrativo de Apelaciones revirtió una decisión de denegar la entrada de un danés al país que tenía una sentencia suspendida en Dinamarca de 30 días en prisión.
Con el dispositivo de Coleman, el tribunal no podrá revertir este tipo de casos, según informó The Sun Herald.
El dispositivo entró en vigor después de que Coleman dijera el año pasado que la naturaleza grave de la violencia doméstica debería ser reconocida en la legislación.
“Entrar o permanecer en Australia es un privilegio y se espera que aquellos que no son ciudadanos hayan obedecido la ley”, dijo Coleman, al recalcar que este tipo de crímenes dejan heridas duraderas las víctimas y sus familias.
En el año fiscal 2017-18, Australia canceló 900 visas, entre ellas a narcotraficantes, agresores sexuales y miembros de pandillas de motociclistas.